El ocho es el número kármico por excelencia. Indica dificultad para lograr metas, demoras, complicaciones. Cualquier realización toma más tiempo de lo planeado.
En su expresión positiva, aporta logros duraderos estabilidad y fidelidad.
A pesar de ser un número frío, aporta justicia y equilibrio permanente. En su aspecto negativo, dolor, frustración, soledad, depresión, enfermedades crónicas.
En definitiva, este número señala el punto más débil de la persona: los obstáculos. Conduce a una maduración personal y los acontecimientos que señala nunca son felices. Esotéricamente, es el símbolo del infinito, índice de persona sabia.
Sus colores son el negro y el gris.
Astrológicamente, está dominado por Saturno, el planeta de la seriedad y los problemas. Describirá a una persona seria, responsable y trabajadora; poco demostrativa en los afectos, fría o distante.
Lugares: espacios solitarios o sitios de retiro.
En su expresión positiva, aporta logros duraderos estabilidad y fidelidad.
A pesar de ser un número frío, aporta justicia y equilibrio permanente. En su aspecto negativo, dolor, frustración, soledad, depresión, enfermedades crónicas.
En definitiva, este número señala el punto más débil de la persona: los obstáculos. Conduce a una maduración personal y los acontecimientos que señala nunca son felices. Esotéricamente, es el símbolo del infinito, índice de persona sabia.
Sus colores son el negro y el gris.
Astrológicamente, está dominado por Saturno, el planeta de la seriedad y los problemas. Describirá a una persona seria, responsable y trabajadora; poco demostrativa en los afectos, fría o distante.
Lugares: espacios solitarios o sitios de retiro.